Si alguna palabra se ha impuesto en los foros, seminarios y el argot de las conversaciones cotidianas es la palabra “crisis”, continúa siendo noticia ante los cambios constantes que se suscitan en todos los ámbitos del quehacer de nuestra sociedad globalizada, en especial en los mercados latinoamericanos siempre imbuidos en entornos turbulentos tanto en lo político, como en lo económico.
“Liderazgo y cambio son sinónimos”, decía el profesor John P. Kotter, y así como ante los cambios se requiere que la gerencia desarrolle competencias de liderazgo para transformar estructuras, modelos y conseguir resultados; de igual manera, ante las crisis surge la innovación, como el único camino para garantizar la continuidad de la empresa.
Hoy por hoy la Innovación es una competencia vital, ante el entendimiento gradual de empresarios, gurús, pero sobre todo ante la presión de la práctica organizacional que nos empuja a tomarla como el nuevo paradigma de estos tiempos: “innovamos o morimos”.
Desarrollar la innovación, pasa por desarrollar una cultura de creatividad, de propiciar y generar un ambiente que permita innovar, ya que la creatividad apoya a la innovación y la creatividad contrario a lo que suele pensarse, es una competencia que se puede aprender y por lo tanto llegar perfeccionar. La creatividad lleva implícita muchos comportamientos y actitudes que podemos ir desarrollando e internalizando en nuestras rutinas cotidianas, desde pensar fuera de los marcos tradicionales (pensar fuera del cuadrado); hasta retar los paradigmas que dominan la industria, el modelo de negocios o las rutinas laborales cotidianas. Todos estos cambios parten de un profundo interés por ver y evaluar las cosas desde perspectivas nuevas y no transitadas, partiendo de esa visión es que se han dado modelos exitosos de negocios que hoy por hoy impactan el mundo, generando éxitos en lo económico.
Pensemos por un momento el famoso caso de DELL que llevó a DELL a convertirse en el primer productor de equipos de computación por varias décadas. En su momento DELL retó y enfrentó la forma en que operaba hasta el momento la industria de fabricación de computadoras, con el paradigma insurgente de configurar a la medida del cliente, entregas en 48 horas y con una comunicación directa con el comprador. Este modelo contrastaba con el imperante modelo de la industria en el cual las marcas grandes: IBM, Compac y HP disponían de agentes autorizados, canales de distribución y una producción estandarizada. Una innovación que puedo ser rentabilizada en el modelo de negocio de venta y distribución de computadora, hizo la gran diferencia.
Los modelos insurgentes tan comunes hoy como: las compras por internet, la fotografía digital, la comunicación por Skype, el teletrabajo, la música digital, las redes sociales como Facebook o la comunicación instantánea de twitter, nos obliga a reflexionar sobre cómo a pesar de haber cambiado los paradigmas tecnológicos, todavía hay empresas que no han capitalizado esos cambios, en cambios en las formas de trabajar, en las formas de funcionar, en las formas de vender y en las formas de entender al nuevo consumidor.
La innovación, la creatividad y la flexibilidad son las competencias de esta nueva década. Hoy un nuevo profesional, sus expectativas laborales difieren mucho de lo que eran las expectativas de un profesional hace sólo 10 ó 15 años. Antes se buscaba la estabilidad y que un profesional recién graduado, durara toda la vida en una empresa, e incluso que se jubilará en ella.
Estudios recientes dicen que un profesional recién graduado de 25 años, cambiará en promedio 12 veces de empleo y que desarrollara 5 competencias profesionales a lo largo de su carrera. Esto nos dice que la flexibilidad de adaptarnos es cada día más importante.
La teoría evolutiva de Charles Darwin, está hoy por hoy más vigente que nunca, las especias que sobreviven no son las más grandes o las más fuertes, sino las que son capaces de adaptarse [rápidamente] a las nuevas circunstancias del entorno.